El archipiélago cubano integra uno de los 35 sitios calientes de la biodiversidad (hostspot) del planeta, debido a sus orígenes biogeográficos, la diversidad de los ecosistemas y sus relaciones con el continente. Estos criterios califican a la biota cubana como un punto clave para la conservación de la biodiversidad en el Caribe insular (Mittermeier et al., 2011Mittermeier RA, Turner WR, Larsen FW, Brooks TM, Gascon C. 2011. Global biodiversity conservation: the critical role of hotspots. En: Zachos FE, Habel JC. (eds.), Biodiversity Hotspots: Distribution and Protection of Conservation Priority Areas, 3-22, Spriger, New York.). Sin embargo, los ecosistemas cubanos presentan un elevado grado de fragmentación y aislamiento de los núcleos de vegetación natural (Estrada et al., 2011Estrada R, Martín G, Martínez P, Vioel S, Capote R, Reyes I, Galano S, Cabrera C, Martínez C, Mateo L, Guerra Y, Batte A, Coya L. 2011. Mapa (BD-SIG) de vegetación natural y seminatural de Cuba v.1 sobre Landsat etm 7 slc-off gap filled, circa 2011. En: Memorias del IV Congreso de Manejo de Ecosistemas y Biodiversidad, La Habana, (julio 4-8).). Las zonas que aún retienen cierto grado de naturalidad y representatividad de la biota terrestre, constituyen el 10% del archipiélago cubano; éstas en su mayor parte, se localizan en lugares de difícil acceso como son los sistemas montañosos (Mancina y Cruz, 2017Mancina CA, Cruz DD. (Eds.). 2017. Diversidad biológica de Cuba: métodos de inventario, monitoreo y colecciones biológicas. Editorial AMA, La Habana. ; CITMA, 2019CITMA (Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente). 2019. Datos de Diversidad Biológica en Cuba. Sexto Informe Nacional al Convenio sobre la Diversidad Biológica. Ministerio Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, Cuba.).
El macizo montañoso Nipe-Sagua-Baracoa es el centro de endemismo de la flora cubana con el 50% de los endémicos fanerogámicos y una elevada riqueza de especies de briofitas, helechos y plantas afines (Samek, 1973Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal. 15: 1-60.; Borhidi, 1996Borhidi A. 1996. Phytogeography and Vegetation Ecology of Cuba. Akadémiai Kiadó, Budapest.; Fagilde, 2000Fagilde MC. 2000. El endemismo en algunas formaciones arbóreas de Nipe Sagua Baracoa. Revista Biodiversidad de Cuba Oriental. 5: 41-45.; Reyes, 2000Reyes OJ. 2000. Las cuencas de los ríos Toa y Duaba como parte de la región Moa-Baracoa; su importancia en el desarrollo de la flora cubana. Biodiversidad de Cuba Oriental. 5: 50-57. ). El paisaje presente en este sistema montañoso, al igual que el resto de Cuba, constituye un mosaico de ecosistemas agroforestales con vegetación natural que muestra de altos a moderados valores de fragmentación, provocados entre otras causas, por el mal uso de la tierra, los incendios forestales y las prácticas agrícolas incompatibles con la diversidad biológica (González-Torres et al., 2016González-Torres LR, Palmarola A, González-Oliva L, Bécquer E, Testé E, Barrios D (Eds.). 2016. Lista Roja de la flora de Cuba. Bissea. 10 (número especial 1): 1-352.; Mancina y Cruz, 2017Mancina CA, Cruz DD. (Eds.). 2017. Diversidad biológica de Cuba: métodos de inventario, monitoreo y colecciones biológicas. Editorial AMA, La Habana. ).
Perfecto et al. (2019)Perfecto I, Vandermeer J, Wright A. 2019. Nature´s matrix: linking agriculture, conservation and food sovereignty. Earthscan, London., León et al. (2010)León ST. 2010. Regulación biológica en agricultura de pequeña escala: un enfoque desde la sostenibilidad. En: León ST y Altieri M. (eds.), Vertientes del pensamiento agroecológico: fundamentos y aplicaciones, 53-77, Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología, Universidad Nacional de Colombia, Colombia. y Cepeda-Valencia et al. (2014)Cepeda-Valencia J, Gómez D, Nicholls C. 2014. La estructura importa: abejas visitantes del café y estructura agroecológica principal (EAP) en cafetales. Revista Colombiana de Entomología. 40: 241-250. coinciden en que la caracterización de los agroecosistemas debe realizarse desde un contexto paisajístico; sustentado desde la conservación biológica y la agroecológica. En Cuba, escasos estudios están referidos a dilucidar la correspondencia del manejo de los agroecosistemas y la conectividad entre distintos sectores (parches, corredores de vegetación y sistema productivos) que permitan el intercambio de especies, ofrezcan alimentos, refugios y hábitat, e incidan en la producción agrícola y la conservación de los recursos naturales (Mancina y Cruz, 2017Mancina CA, Cruz DD. (Eds.). 2017. Diversidad biológica de Cuba: métodos de inventario, monitoreo y colecciones biológicas. Editorial AMA, La Habana. ; Acosta et al., 2020Acosta G, Brooks R, Abad MA, La Llave S. 2020. Agroecosistemas en el corredor biológico de Nipe-Sagua-Baracoa. Acta Botánica Cubana. 219: 20-27.).
En la presente investigación se valoró el papel del agroecosistema “La Esperanza” en la conservación de la biodiversidad del macizo montañoso Nipe-Sagua-Baracoa, a partir de la descripción de su diversidad fanerogámica, la identificación de las especies útiles, invasoras y amenazadas, y el análisis de su manejo teniendo en cuenta la evaluación de la Estructura Agroecológica Principal (EAP) y su resiliencia al cambio climático.
La Finca Agroforestal “La Esperanza” se localiza en Jagüeyes, municipio Segundo Frente, Santiago de Cuba; en las coordenadas 20°27'57.8'' N y 75°28'51.0'' W a 400 metros de altitud, macizo Nipe-Sagua Baracoa (Fig. 1). El agroecosistema evaluado posee una extensión de 26.84 ha de las cuales: 13.42 están dedicadas al cultivo de café robusta (Coffea canephora Pierre ex Froehner) y café arábico (Coffea arabica L.); 1.0 a cultivos varios y 12.42 a la actividad forestal en bosques naturales. Esta finca por la tipología del relieve eminentemente montañoso, tiene un diseño espacial en terrazas, separadas a una distancia desde 1.20-1.50 m; siguiendo las curvas de nivel, con un sistema de riego por gravedad.
En el estudio de la flora fanerogámica, se realizaron prospecciones en el área durante el periodo comprendido entre enero de 2017 y junio de 2019. Para el inventario florístico se siguieron los criterios de González-Oliva et al. (2017)González-Oliva L, Ferro J, Rodríguez-Cala D, Berazaín R. 2017. Métodos de inventario de plantas. En: Mancina CA, Cruz DD (eds.), Diversidad biológica de Cuba: métodos de inventario, monitoreo y colecciones biológicas , 60-85, Editorial AMA, La Habana.. Todo el material recolectado fue procesado según los métodos aplicados en estudios botánicos (Baró et al., 2017Baró I, Oviedo R, Echevarría R, Verdecia R, Ferro J, Rosa R, Fuentes IM. 2017. Creación y manejo de herbarios. En: Mancina CA y Cruz DD (eds.), Diversidad biológica de Cuba: métodos de inventario, monitoreo y colecciones biológicas, 152-167, Editorial AMA, La Habana.) y depositado en la Sección de Spermatophytas del Herbario BSC del Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (Bioeco). Para la determinación taxonómica se consultó la literatura especializada: Alain (1964Alain Hno. 1964. Flora de Cuba 5. Rubiaceae-Asteraceae. Asociación Estudiantes de Ciencias Biológicas, Universidad de La Habana. , 1974)Alain Hno. 1974. Flora de Cuba. Suplemento. Tomo 1. Instituto Cubano del Libro, La Habana.; León (1946)León Hno. 1946. Flora de Cuba 1. Gimnospermas. Monocotiledóneas. Contribruciones Ocasionales del Museo de Historia Naturales del Colegio de La Salle. No. 8, La Habana.; León y Alain (1951León Hno, Alain Hno. 1951. Flora de Cuba 2. Dicotiledóneas: Casuarinaceae a Meliaceae. Contribruciones Ocasionales del Museo de Historia Naturales del Colegio de La Salle. No. 10, La Habana., 1953León Hno, Alain Hno. 1953. Flora de Cuba 3. Dicotiledóneas: Malpighiaceae a Myrtaceae. Contribruciones Ocasionales del Museo de Historia Naturales del Colegio de La Salle. No. 13, La Habana., 1957)León Hno, Alain Hno. 1957. Flora de Cuba 4. Melastomataceae a Plantagynaceae. Contribruciones Ocasionales del Museo de Historia Naturales del Colegio de La Salle., No. 16, La Habana.. Se siguieron los criterios de Greuter y Rankin (2017)Greuter W, Rankin R. 2017. The Spermatophyta of Cuba A Preliminary Checklist. Second, updated edition of the The Spermatophyta of Cuba with Pteridophyta added. Botanischer Garten und Botanisches Museum Berlin-Dahlem, Berlín. para la actualización taxonómica de las especies, su origen biogeográfico y rango de distribución.
En la clasificación de las formaciones vegetales se siguió a Reyes (2011-2012)Reyes OJ. 2011-2012. Clasificación de la vegetación de la Región Oriental de Cuba. Revista del Jardín Botánico Nacional. 32-33: 59-71.. Para el análisis de los valores florísticos del área se empleó el criterio de Granizo et al. (2006)Granizo T, Molina ME, Secaira E, Herrera B, Benítez S, Maldonado O, Lobby M, Arroyo P, Ísola S, Castro M. 2006. Manual de Planificación para la Conservación de Áreas, PCA. TNC y USAID, Quito. y en la determinación de las especies protegidas por la Ley Forestal, se consultó a Álvarez et al. (2006)Álvarez A, Castillo E, Hechavarría O. 2006. Especies protegidas por la Ley Forestal. Instituto de Investigaciones Forestales, La Habana.. Para la tipología comercial de la madera se siguió el criterio de Gómez et al. (1976)Gómez J, Feliciano R, Enremeey F, Raljvsr R. 1976. Clasificación de los bosques de Cuba por la importancia de las especies de árboles. Revista Forestal Baracoa. 6: 3-4.. Las especies amenazadas fueron citadas según González-Torres et al. (2016)González-Torres LR, Palmarola A, González-Oliva L, Bécquer E, Testé E, Barrios D (Eds.). 2016. Lista Roja de la flora de Cuba. Bissea. 10 (número especial 1): 1-352.. Se consideraron las especies vegetales invasoras identificadas en la Lista Nacional de plantas invasoras y potencialmente invasoras de la República de Cuba (Oviedo y González-Oliva, 2015Oviedo R, González-Oliva L. 2015. Lista nacional de plantas invasoras y potencialmente invasoras en la República de Cuba-2015. Bissea 9 (Número Especial 2): 1-88.).
Para la evaluación del manejo del agroecosistema se evaluaron tanto el nivel de resiliencia al cambio climático como la conectividad al paisaje (mediante la EAP). Para el primer caso se siguió la metodología de Henao (2013)Henao SA. 2013. Propuesta metodológica de medición de la resiliencia agroecológica en sistemas socio-ecológicos: un estudio de caso en los andes colombianos. Agroecología. 8: 85-91. y Altieri et al. (2012)Altieri MA, Funes MF, Henao A, Nicholls CI, León ST, Vázquez ML, Zuluaga G. 2012. Hacia una metodología para la identificación, diagnóstico y sistematización de sistemas agrícolas resilientes a eventos climáticos extremos. Documento preliminar de trabajo. Red Iberoamericana de Agroecología Para el Desarrollo de Sistemas Agrícolas Resilientes al Cambio Climático. Redagres. , que emplea la escala de resilencia siguiente: 1) alta resilencia o baja vulnerabilidad con una valoración cuantitativa de 5 puntos y una valoración cualitativa buena; 2) resilencia media o vulnerabilidad media con una valoración cuantitativa entre 3-4 puntos y una valoración cualitativa regular, y 3) baja resilencia o alta vulnerabilidad con una valoración cuantitativa entre 1-2 puntos y una valoración cualitativa mala.
Para el segundo caso, se siguió el criterio de León (2014)León ST. 2014. Agroecología: la ciencia de los agroecosistemas la perspectiva ambiental. Universidad Nacional de Colombia, Instituto de Estudios Ambientales, Bogotá., modificado, que se calculó mediante la fórmula: EAP = CEEP+ECE+DCE+ECI+DCI+US+MA+OP+PC+CA, donde cada parámetro se evalúa según una escala numérica (1-10). La expresión cualitativa de dicha fórmula se corresponde con: EAP = Estructura Agroecológica Principal, CEEP= Conexión con la Estructura Ecológica Principal del Paisaje, ECE = Extensión de conectores externos, DCE = Diversificación de conectores externos (perímetro), ECI = Extensión de conectores internos, DCI = Diversificación de conectores internos, US = Usos del suelo, MA = Manejo de arvenses, OP = Otras prácticas de manejo, PC = Percepción-Conciencia y CA = Nivel de compromiso para la acción. Por último, los resultantes de este análisis se clasificaron según la escala siguiente: fuertemente desarrollada (80-100 puntos), moderadamente desarrollada (60-80), ligeramente desarrollada (40-60), débilmente desarrollada, con potencial cultural para completarla (20-40) y sin estructura o con estructura débilmente desarrollada, sin potencial cultural para establecerla (< 20).
En la Finca Agroforestal “La Esperanza” se registraron para la flora fanerogámica un total de 146 táxones infragenéricos, incluidos en 123 géneros y 54 familias. El endemismo representó solo el 4% (seis especies.), mientras que las especies nativas y las introducidas representaron el 62% (90 especies) y el 34% (50 especies) respectivamente. Las familias mejores representadas en orden descendente fueron: Fabaceae (16 especies), Poaceae (12 especies) y Rubiaceae (siete especies). Le continuaron con seis táxones infragenéricos: Meliaceae, Rutaceae y Verbenaceae (Anexo 1). Además, se identificaron en el área dos tipos de vegetación natural, el bosque siempreverde mesófilo y el matorral xeromorfo subespinoso sobre serpentina (Charrascal). Las espermatófitas presentes en estas formaciones representaron el 74% del total de táxones infragenéricos registrados en el área. La totalidad de los táxones endémicos identificados en la finca se encontraron en estas vegetaciones naturales; solo Metopium venosum (Griseb.) Engl. (Anacardiaceae) y Guettarda calyptrata A. Rich. (Rubiaceae) se hallaron también en las zonas destinadas al cultivo del café.
En el área de estudio se encontraron seis táxones infragenéricos amenazados, de ellos, Euphorbia helenae Urb. subsp. helenae (Euphorbiaceae) y Dendrophylax porrectus (Rchb. f.) Carlsward & Whitten (Orchidaceae) con categoría Vulnerable (VU); mientras que Aiouea montana (Sw.) R. Rohde (Lauraceae), Bourreria virgata (Sw.) G. Don (Boraginaceae), Lonchocarpus longipes Urb. & Ekman (Fabaceae) y Stenostomum multinerve (Urb.) Borhidi & M. Fernández (Poaceae) están amenazados en proceso de categorización (González-Torres et al., 2016González-Torres LR, Palmarola A, González-Oliva L, Bécquer E, Testé E, Barrios D (Eds.). 2016. Lista Roja de la flora de Cuba. Bissea. 10 (número especial 1): 1-352.) (Anexo 1).
Las especies invasoras representaron el 15% del total de espermatófitas registradas en el agroecosistema. Se identificaron 37 especies con valores florísticos para la conservación, de ellas con valor forestal: siete especies (madera preciosa) y 16 especies (por las características de la madera). Solo Calycophyllum candidissimum (Vahl) DC. se registró como una especie protegida por la Ley Forestal cubana.
La evaluación de la resiliencia del agroecosistema se catalogó de regular (2.41 puntos), que significa que presenta vulnerabilidad o resiliencia media. En el caso de la Estructura Agroecológica Principal para evaluar del grado de conectividad al paisaje, el valor obtenido fue de 50 puntos, catalogando al agroecosistema como Ligeramente Desarrollado (Tabla 1).
La diversidad vegetal registrada en el agroecosistema en estudio, coincide con lo planteado por la FAO (2007)FAO. 2007. Situación de los Bosques del Mundo. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Roma. para la América Latina y El Caribe, donde se reconoce la región como unas de las de más notables a nivel mundial en cuanto a la diversidad de recursos forestales. La presencia de valores de la flora (especies endémicas, amenazadas y protegidas) resalta el grado de conservación de “La Esperanza”; este estudio coincide con lo reportado por Barthlott et al. (2005)Barthlott W, Mutke J, Rafiqpoor D, Kier G, Kreft H. 2005. Global centers of vascular plant diversity. Nova Acta Leopoldina. 92: 61-83., quienes refieren que la mayoría de los centros globales de diversidad y prioridades de la conservación se localizan en las regiones montañosas de la región tropical. Resultados similares obtienen Brooks y Acosta (2019)Brooks L RM, Acosta CF. 2019. Fanerógamas en sistemas agroforestales. Informe Final de Proyecto, Programa Uso sostenible de la Diversidad Biológica en Cuba (035). Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (Bioeco), Santiago de Cuba. y Acosta et al. (2020)Acosta G, Brooks R, Abad MA, La Llave S. 2020. Agroecosistemas en el corredor biológico de Nipe-Sagua-Baracoa. Acta Botánica Cubana. 219: 20-27., en sistemas agroforestales del macizo Nipe-Sagua-Baracoa.
El grado de conservación y los valores de biodiversidad del agroecosistema, están íntimamente relacionados con la presencia en sus predios de áreas de bosques protectores. Estos son fragmentos de bosques naturales con manejos orientados a fortalecer su papel en la estabilización de la vegetación, la flora y la fauna existente, ya que los mismos no admiten talas de explotación que elimine de forma permanente la vegetación (Dirección Forestal, 2017Dirección Forestal (Dirección Forestal, Flora y Fauna Silvestres, Ministerio de la Agricultura). 2017. Situación de los Bosques de Cuba 2016. Boletín 1. La Habana.).
Del total de especies invasoras identificadas en el agroecosistema, nueve son consideradas entre las más nocivas para Cuba. Las familias Fabaceae y Poaceae, las más diversas en este estudio, son las más representativas en la flora invasora de Cuba (Oviedo y González-Oliva, 2015Oviedo R, González-Oliva L. 2015. Lista nacional de plantas invasoras y potencialmente invasoras en la República de Cuba-2015. Bissea 9 (Número Especial 2): 1-88.). Todas las especies exóticas invasoras están asociadas a caminos, patios, jardines y cultivos. El número de especies invasoras registradas es bajo; no obstante, se debe tener control sobre estas, ya que podrían convertirse en una amenaza a corto plazo.
Los valores que le confieren resilencia al agroecosistema, se concentran en el uso predominante de prácticas agroecológicas (20) que catalogan a este sistema en transición agroecológica, según la ANAP (2016)ANAP (Asociación Nacional de Agricultores Pequeños). 2016. Metodología para la categorización agroecológica de fincas. Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino, La Habana.. Entre las prácticas aplicadas se encuentran el manejo de fechas de siembra, el empleo de sistemas agroforestales y sus beneficios asociados como el secuestro de carbono atmosférico, la regulación microclimática interna, la estabilidad económica del sistema, la conservación de la biodiversidad, entre otros, según indican Laclau y Rusch (2018)Laclau P, Rusch V. 2018. Matriz del paisaje, escalas e interacciones en los sistemas silvopastoriles y agroforestales. En: Rusch V., Caballé G, Varela S, Diez JP (eds.), Actas IV Congreso Nacional de Sistemas Silvopastoriles, 26-41, Ediciones INTA 2018, San Carlos de Bariloche. y Landis (2017)Landis AD. 2017. Designing agricultural landscapes for biodiversity-based ecosystem services. Basic and Applied Ecology. 18: 1-12.. También se destacan el uso de variedades tolerantes al cambio climático, el uso de barreras muertas y vivas de Vetiveria zizanioides (L.) Nash, la siembra en contorno y en terrazas, la cobertura del suelo (hojarasca), la reproducción propia de más del 85% de su semilla, el uso de rotaciones y policultivo, el empleo de cercas vivas y de prácticas de conservación de agua (acondicionamiento del manantial de la finca para uso doméstico y riego). Estos aspectos le confieren sostenibilidad, resiliencia y fortaleza relativa al agroecosistema, según indican Cleves-Leguízamo et al. (2017)Cleves-Leguízamo JA, Toro-Calderón J, León-Sicard T. 2016. La Estructura Agroecológica Principal (EAP). Metodología para analizar la biodiversidad y resiliencia en agroecosistemas. Memorias Congreso Nacional del Medio Ambiente (CONAMA), Madrid., Dellepiane y Sarandón (2008)Dellepiane AV, Sarandón SJ. 2008. Evaluación de la sustentabilidad en fincas orgánicas, en la zona hortícola de La Plata, Argentina. Revista Brasileira de Agroecologia. 3: 67-78. y Sarandón et al. (2006)Sarandón SJ, Zuluaga MS, Ramón C, Gómez C, Janjetic L, Negrete E. 2006. Evaluación de la sustentabilidad de sistemas agrícolas de fincas en Misiones, Argentina, mediante el uso de indicadores. Argentina. Agroecología. 1: 20-28. . León-Sicard et al. (2015León-Sicard TE, Córdoba-Vargas C y Cepeda-Valencia J. 2015. Aplicaciones recientes de La Estructura Agroecológica Principal (EAP) en Colombia. Memorias del V Congreso Latinoamericano de Agroecología. La Plata.) en estudios de resiliencia en seis agroecosistemas ecológicos y convencionales en Colombia, identifican valores de resiliencia media, similares a los encontrados en esta investigación. Acosta et al. (2020)Acosta G, Brooks R, Abad MA, La Llave S. 2020. Agroecosistemas en el corredor biológico de Nipe-Sagua-Baracoa. Acta Botánica Cubana. 219: 20-27. obtienen similares resultados para agroecosistemas en el área del corredor biológico de Nipe-Sagua-Baracoa.
Los factores que aminoran la resiliencia del sistema “La Esperanza” se relacionan con el escaso nivel de procesamiento artesanal de la producción, insuficiente proporción de la producción destinada al consumo familiar, la limitada cosecha de agua y el moderado nivel de cobertura que presentan las cercas vivas. Por su parte, la resiliencia está estrechamente vinculada con la Estructura Agroecológica Principal del agroecosistema (EAP), y en “La Esperanza” posee potencialidades que refuerzan su conectividad al paisaje, dada por la alta densidad de las cercas vivas (50%); predominancia de éstas en el perímetro externo (75%) con una elevada riqueza arbórea (66 especies) conectada a la vegetación natural que circunda al agroecosistema (50%). Estos resultados son congruentes con Cleves-Leguízamo et al. (2016)Cleves-Leguízamo JA, Toro-Calderón J, León-Sicard T. 2016. La Estructura Agroecológica Principal (EAP). Metodología para analizar la biodiversidad y resiliencia en agroecosistemas. Memorias Congreso Nacional del Medio Ambiente (CONAMA), Madrid., en investigaciones similares conducidas en varias zonas de Colombia sobre agroecosistemas citrícolas.
Destacan asimismo, las prácticas de conservación del suelo (75%), referidas al empleo de terrazas, barreras vivas y muertas, laboreo mínimo, uso de policultivos, compostaje y de especies tolerantes al cambio climático como la yuca (Manihot esculenta Crantz), el ñame (Dioscorea spp.), el boniato (Ipomea batatas (L.) Lam), el fongo (Musa spp.) y el quimbombó (Abelmoschus sculentus (L.) Moench), incluidas por Milián et al. (2016)Milián MD, Rodríguez SJ, Morales AL, Espinosa E, Ventura JC, Figueroa Y, Rodríguez D, Rodríguez Y, Beovides Y, Basail M, Cruz JA, Ruiz E, González L, Arredondo I. 2016. Identificación de cultivares comerciales resilientes a los efectos del cambio climático. AMA/MINAG/PNUD/UE/ Cosude, La Habana., en un grupo mayor de cultivos empleados por los agricultores cubanos como parte de las estrategias adaptativas al cambio climático.
Las limitantes que inciden en un mejor nivel de conectividad se concentran en la discontinuidad longitudinal de las cercas vivas internas (constituyen solo el 25% del área total); el empleo extensivo del alambre de púa para delimitar internamente el área (< 25% de las cercas internas son densas), lo que minimiza la función estructural y funcional de las cercas vivas; y la composición florística insuficiente en dichas cercas; predominan la cardona (Euphorbia lactea Haw), el mango (Mangifera indica L.), la maya (Bromelia pinguin L.), el piñón florido (Gliricidia sepium (Jacq.) Kunth) y la inga (Inga laurina (Sw.) Willd.). Esto demostró al mismo tiempo una subutilización del potencial arbóreo del agroecosistema. También es limitado el manejo de arvenses, que en esta finca se circunscribe a especies medicinales, donde predominan métodos de control mecánicos como la chapea y la eliminación manual.
Dicha situación es común en los agroecosistemas cubanos, como consecuencia de condicionamientos culturales que favorecen la subvaloración del manejo de arvenses, tal como lo señalan Blanco (2016)Blanco Y. 2016. El rol de las arvenses como componente en la biodiversidad de los agroecosistemas. Cultivos Tropicales. 37: 34-56. y Vargas et al. (2015)Vargas B, Pupo YE, Puertas AL. 2015. Diversidad insectil asociada a Cleome viscosa L. en ecosistemas agrícolas y su relación con cultivos agrícolas. Revista Universidad y Sociedad. 7: 30-38. , quienes concluyen que los productores subestiman de manera predominante la función de las arvenses en el manejo de los sistemas agrícolas. Este resultado coincide con lo que informa Acosta et al. (2020)Acosta G, Brooks R, Abad MA, La Llave S. 2020. Agroecosistemas en el corredor biológico de Nipe-Sagua-Baracoa. Acta Botánica Cubana. 219: 20-27., para agroecosistemas en el área del corredor biológico del macizo Nipe-Sagua-Baracoa y contrasta con lo que encuentra Pinzón (2014)Pinzón CM. 2014. Transformación de la estructura agroecológica principal en comunidades intencionales rurales (ecoaldeas). Tesis de Maestría. Universidad Nacional de Colombia. Instituto de Estudios Ambientales Bogotá. en el análisis de la EAP de tres ecoaldeas de Colombia, donde refiere que el manejo de arvenses es intensivo y culturalmente aceptado.
Los resultados del presente estudio también validaron la importancia de la Estructura Agroecológica Principal como un indicador de manejo y resiliencia, considerando variables locales (manejo agrícola), del paisaje y culturales (Cepeda-Valencia et al., 2014Cepeda-Valencia J, Gómez D, Nicholls C. 2014. La estructura importa: abejas visitantes del café y estructura agroecológica principal (EAP) en cafetales. Revista Colombiana de Entomología. 40: 241-250.). Esta herramienta mostró que los manejos productivos diversificados, con conectividad interna y a los hábitats naturales adyacentes, contribuyeron a potenciar la conservación biológica de los sistemas agroforestales cubanos de montaña (Melián, 2019Melián LO. 2019. Aves de la finca agroforestal La Esperanza, Segundo Frente, Santiago de Cuba. Informe de Proyecto, Programa: Uso sostenible de los componentes de la Diversidad Biológica en Cuba (035). Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (Bioeco), Santiago de Cuba.; Méndez, 2019Méndez AA. 2019. Moluscos de la Finca Agroforestal La Esperanza, Segundo Frente, Santiago de Cuba. Informe de Proyecto, Programa: Uso sostenible de los componentes de la Diversidad Biológica en Cuba (035). Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (Bioeco), Santiago de Cuba.). Esto corrobora lo que señala Fuentes et al. (2019)Fuentes Marrero MI, González-Oliva L, Baró I, González MT, Macina CA. 2019. Efecto potencial del cambio climático sobre la distribución de plantas asociadas a bosques húmedos del oriente de Cuba. Acta Botánica Cubana. 218: 160-170., en estudios desarrollados sobre Áreas de Idoneidad Climática en la región oriental, en los cuales fundamenta la creación de corredores biológicos como una alternativa eficaz para mitigar la fragmentación de hábitat, y facilitar los eventos de migración y desplazamiento de las especies.
En la Finca Agroforestal “La Esperanza” se registraron para la flora fanerogámica 146 táxones infragenéricos incluidos en 123 géneros y 54 familias; de ellos el 4% fueron endémicos. Se reportaron seis especies amenazadas, dos de ellas con categoría Vulnerable (VU). En las evaluaciones del manejo referentes a la resiliencia al cambio climático y a la Estructura Agroecológica Principal del Agroecosistema (EAP), el agroecosistema calificó de Resiliencia Media y Ligeramente Desarrollado. La compatibilidad del manejo del agroecosistema “La Esperanza” fue eficaz, aunque limitada; con un grado de resiliencia relativamente adecuado a las manifestaciones del cambio climático. El manejo agrícola de “La Esperanza” contribuye a potenciar la conservación biológica de este sistema agroforestal en el macizo montañoso Nipe-Sagua-Baracoa.